top of page

Muchos de nosotros tenemos o hemos tenido en algún momento problemas de convivencia con nuestro perro. Nos destrozan la casa al irnos a trabajar, tiran de la correa o incluso han llegado a mostrar comportamientos agresivos hacia otros perros, personas o incluso a ¡nosotros mismos!
Hay un aspecto básico que tendemos a olvidar: la base para poder ayudar a nuestros perretes está en la confianza mutua y sobre todo en LA COMUNICACIÓN.
Es muy normal que al habernos mordido o al ver ciertos comportamientos en ellos y no saber abordarlos perdamos la confianza. Lo que no sabemos es que han sido ellos los primeros que la han perdido en nosotros. Tu perro sabe que no le entendemos y trata de avisarnos de todas las formas que se le ocurren.


Mediante el lenguaje corporal, el perro nos demuestra que está incomodo ante un estímulo que se acerca o ante una situación concreta, pero al no saber leerle nos acercamos sin querer y el perro se ve sometido a una presión que no sabe gestionar, entonces es cuando se empiezan a desarrollar las conductas indeseadas. Lo que él ve es que nos está avisando de que eso no le gusta o le da miedo y nosotros le ignoramos sometiéndole y decidiendo a él como tiene que actuar.


Ante un estímulo que le da miedo, empezará con señales muy sutiles como pueden ser simplemente una mirada para otro lado o sentarse, ese es el momento de comenzar a trabajar y en vez de continuar hacia delante, debemos dar un rodeo o alejarnos para bajar la intensidad con la que es presentado el estímulo y no lo vea como algo amenazante.
Somos nosotros los encargados de darle la vuelta a esta situación aprendiendo el lenguaje de nuestros perretes y haciendo que vuelvan a confiar en nosotros. ¿Si le dan miedo los cubos de basura, porqué tenemos que obligarle a pasar por una calle llena de ellos cuando podemos hacerlo poco a poco y conseguir que se sienta agusto?
Nuestro deber como adiestradores es enseñarte a ti a comprender y ayudar a tu perro cuando lo necesite.
Comunicación canina
bottom of page